domingo, 10 de mayo de 2009

A la espera del alirón

El Inter cosechó un sorprendente 2-2 ante el Chievo Verona que se niega a rendirse en el descenso. Los de Mourinho dejaron escapar la oportunidad de cantar el alirón que dependía del Milan- Juve, que con el empate a 1 deja todo como estaba.
La alineación inicial de la Juventus sorprendió por la ausencia de Del Piero, que cumplía su partido número 600 con la camiseta blanquinegra. Además, la gran sorpresa fue la presencia por la izquierda de Marchionni en lugar de Nedved.
La primera parte comenzó de forma ruda y los centrocampistas se emplearon con excesiva contundencia (como en el caso de Beckham que vio la tarjeta por una dura entrada). Todo apuntaba a un partido físico y aburrido. Sin embargo, la velocidad y calidad de las bandas de la Juve unida a la desaparición de la tensión en el centro del campo dio lugar a un intercambio interesante de iniciativas ofensivas.
Nada del típico fútbol italiano, oportunidades constantes para ambos, jugadas desde las bandas y por el centro de calidad y toque, aunque en este intercambio de golpes demostraba más peligro la Vecchia Signora, ya que el Milan en todo momento se mostró impreciso y renqueante. Un vibrante partido en el que el público permanecía inusitadamente callado y en el que los goles no hacían acto de presencia.



Iaquinta igualó el encuentro tras muchos intentos
Imagen de Il Corriere dello Sport


En la segunda parte llegaron muy juntos. El primero fue obra de Clarence Seedorf tras un gran error de Legrotaglie en el minuto 57’. El campo enloqueció de alegría al ver que su equipo se acercaba ligeramente al Inter en la lucha final por la liga. Pero la alegría duró poco pues 3 minutos después Iaquinta puso el empate en el marcador gracias a un centro milimétrico de Camoranesi. Los tantos no animaron el partido que perdió gran intensidad debido, sobre todo al desgaste físico.
La tranquilidad invitó a Ranieri a dejar entrar en el campo a Del Piero para que tuviese su celebración especial en el 76’, pero los equipos ya lo habían dado todo y se sucedieron pocas ocasiones más allá de un posible penalti sobre Pato.
La expulsión por doble amarilla de Favalli invitó a la Juve a hacer el último esfuerzo en ataque, pero un desfondado Iaquinta fue incapaz de sobreponerse a Maldini y compañía. Apunte especial para el colegiado que realizó una gran actuación ante un partido tan difícil y a su curiosa forma de pitar los finales de encuentro.
Al final, los locales más contentos al asegurar su segunda posición y la Juve pensando en su futuro. San Siro tendrá que esperar para ver como su equipo se hace con el ansiado trofeo por quinto año consecutivo, a la espera de que alguien consiga hacerle sombra a esta máquina de ganar.

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