El Scudetto es un sueño inalcanzable para un equipo que se apeó de la Champions en los octavos de final. La única salvación radicaba en la Coppa de Italia que se esfumó frente a una gran Lazio. Esta mala racha que sufrió la Juventus de Turín se remató con la pérdida del segundo puesto en la Liga. Un Milan que afronta el fin de temporada con una fuerza inesperada ha arrancado de un plumazo todas las alarmas en Turín. El empate del domingo por 2-2 frente a la Reggina y el cierre del Olímpico de Turín no han hecho más que agravar la situación. Sin duda, el club blanquinegro arrastra una crisis de títulos y resultados (algo imperdonable en Italia) desde su descenso a la Serie B.
Desde la entidad se pide calma, su presidente Cobolli Gigli ha asegurado que el objetivo es la segunda plaza y que el equipo no se puede rendir. En cuanto al cierre del estadio turinés en el encuentro frente al Lecce esta semana se conoció que la apelación ha sido denegada. Sólo queda calmar a los aficionados.
Pero, sin duda, esta ha sido la peor semana para Claudio Ranieri. El entrenador romano no sólo ha sido cuestionado por prensa y por aficionados, sino por el dueño de la Vecchia Signora, John Elkann. El mandamás de la FIAT no asegura la continuidad de Ranieri y la prensa trasalpina ya baraja nombres como Mancini.
Para rematar la semana nefasta Chistian Molinaro ha sido operado por su afección en la mano y Claudio Marchisio permanece en reposo después de los problemas físicos en el partido de Calabria. La situación es muy convulsa para un club que maravilló y dominó Europa. Hoy toca ver como otros juegan las semifinales de la Champions League, son otros tiempos y la "vieja señora" se quedó muy mayor. Suerte al Barça.
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