La Juve se lleva tres puntos con polémica

La Juventus de Turín se impuso por 1 a 0 en su duelo frente a la Fiorentina. Los tres puntos obtenidos les sirven para alcanzar temporalmente en el liderazgo al Inter a expensas del resultado de hoy. El partido era uno de los más esperados de la jornada debido, sobre todo a los antecedentes históricos en los enfrentamientos de bianconeros y violas.
La apuesta de Claudio Ranieri fue por la penetración por las bandas, consecuencia de la ausencia de Sissoko por sanción. El principio del partido con Nedved y Marchionni especialmente activos hacía presagiar que se iba a ver poco a Buffon. La Juventus tuvo grandes oportunidades en los pies de Del Piero y Amauri. La Fiorentina dio la réplica con un Jovetic enchufado y Gilardino con ganas de gol. Estos habrían sido los protagonistas del encuentro si no hubiese aparecido el personaje que siempre se menciona en fútbol: Saccani, el árbitro. Estuvo horrible al no señalar un claro penalti de Mellberg sobre Jovetic con el marcador a cero. El partido se volvió rocoso y se centró en la presión en el centro. Sin embargo, apareció la magia de Del Piero, que en el minuto 21 cedió a Claudio Marchisio una jugada de gol que éste definió de manera perfecta.

Imagen del diario La Reppublica

Con el tanto, el partido cambió, los equipos olvidaron las disposiciones tácticas y comenzaron a jugar en un vaivén de oportunidades de gol. Buffon se convirtió en las manos salvadoras de los turineses y el árbitro en el objeto de la ira de la Fiorentina al anular un gol en posible fuera de juego de Gilardino. El partido dio para más, Frey salvó en dos ocasiones a su equipo ante una gran jugada de Marchisio, que completó uno de sus mejores partidos con la camiseta blanquinegra.
El encuentro terminó con la victoria y la alegría local. El juego del equipo local fue satisfactorio para su público. Pero en Florencia todo eran recriminaciones. El presidente del club, Della Valle, afirmó sentirse castigado por las decisiones arbitrales en favor de los grandes. Desde Turín aseguran que los errores son cosa del juego, aunque para todos los italianos vuelve el recuerdo del "Caso Moggi".